miércoles, 28 de octubre de 2009

LA RELACION CUERPO - MENTE

INTRODUCCIÓN
Desde sus orígenes, el hombre, se experimentaba así mismo como una entidad separada del resto de la naturaleza, dotado de razón y esto lo lleva a preguntarse el porqué de las cosas que le suceden, dando respuestas que atenúen su angustia ante los enigmas de la vida y del mundo que le rodea.
La relación entre el cuerpo y la mente se expone con detalle en las enseñanzas tántricas de Buda. Se trata de una relación entre dos entidades distintas que están asociadas durante la vida, pero que también pueden existir por separado.
Buda comparó la mente con un pájaro y el cuerpo con un nido. Al igual que un pájaro abandona un nido para volar a otro, en el momento de la muerte, la mente también abandona el cuerpo para buscar otro. También se puede decir que el cuerpo y la mente son como un coche y su conductor, cuyos movimientos están relacionados, pero cuya naturaleza, evidentemente, no es la misma.
El cuerpo y la mente están relacionados por medio de aires de energía internos. Se dice que cada mente «monta» sobre un aire de energía que le proporciona la capacidad de moverse hacia su objeto. Los aires fluyen por canales de energía sutiles que pueden ser percibidos por algunos meditadores. Estos aires internos sirven de conexión entre la mente, que no tiene forma, y el cuerpo físico.
Para una descripción más detallada de los aires internos y de cómo sirven de conexión entre el cuerpo y la mente, véanse La luz clara del gozo y Caminos y planos tántricos.
LA RELACIÓN CUERPO MENTE
I. LA MENTE DEL HOMBRE PRIMITIVO.-
Existen estudios antropológicos que ponen de manifiesto que aunque la mente primitiva es capaz del pensamiento lógico y del razonamiento objetivo, en su medio cultural funciona en forma diferente a la mente del hombre civilizado. Su incapacidad para diferenciar claramente entre lo que ocurre en el mundo de la realidad y en el de su fantasía le permite atribuir existencia real a aquellas cosas que él desearía que fueran reales.
De ahí que las teorías del hombre primitivo, y de pueblos de la antigüedad como los chinos, hebreos, caldeos, egipcios, etc., acerca de las perturbaciones mentales giraron en torno de sus conceptos mágico-animistas y que las perturbaciones mentales eran entre ellos atribuidas a demonios que se apoderaban de los individuos.
II. LOS GRIEGOS
Durante la época clásica los griegos produjeron en una u otra forma todas las expresiones intelectuales y emocionales que posteriormente el hombre occidental ha reconocido.
La mitología griega presenta una fuente de observaciones realistas y profundas acerca de la conducta y aspiraciones humanas, como el caso de Edipo (tragedia de Sófocles) óla de Narciso (el joven que se enamoró de su propia imagen reflejada en el estanque).
• HIPÓCRATES:
Hipócrates (460-370 a.c.), llamado padre de la medicina, expresó su punto de vista de que el cerebro es el órgano del pensamiento y su creencia de que las enfermedades de la mente tienen, como cualquier otro padecimiento, causas naturales. Enfatizó que las enfermedades mentales lo son también del cerebro.
• PLATÓN:
Platón (429-347 a.c.) enseñó que el equilibrio entre el cuerpo y el alma es el elemento más importante en la salud física y mental; y que los desordenes mentales pueden deberse a trastornos morales o emocionales, y/o a trastornos del cuerpo. Se refirió a que cuando las pasiones no son inhibidas por la mente, como ocurre en el estado de sueño, los deseos tienden a ser satisfechos en la fantasía (al menos por un tiempo). Así las ideas de Platón acerca de los sueños se anticipan a las teorías de Freíd.
• ARETEO:
Areteo (30-90 d.c.) fue el primero en describir las fases maniaca y melancólica de las psicosis como expresiones de una misma enfermedad y en expresar con toda claridad el concepto de que ciertas enfermedades físicas tienen causas psicológicas (o sea por la mente): “... los vehementes (o intensos) afectos del alma tales como la sorpresa, el miedo, la depresión del espíritu y, en los niños, los sustos. También el gozo grande e inesperado ha ocasionado parálisis, aun la muerte, del mismo modo que la risa sin restricción”
• PÉRGAMO:
Galeno de Pérgamo (130-200 d.c.), señaló diversas causas para las enfermedades mentales: lesiones en la cabeza, alcoholismo, miedo, la adolescencia, cambios menstruales, reveses económicos y fracasos amorosos. Con su muerte se inició una etapa regresiva en que la mayor parte de los médicos volvieron a la aceptación de conceptos demonológicos y se perdieron las contribuciones científicas de Hipócrates y sus discípulos griegos y romanos.
III. EDAD MEDIA.-
En Europa, después del colapso de la civilización greco-romana, hubo una reactivación de las ideas demonológicas y el hombre se convirtió en el campo de batalla de demonios y espíritus que luchaban por la posesión de las almas.
Algunas reacciones mentales colectivas son
producto de las peculiares condiciones sociales y culturales de esa época: los procesiones de flagelantes, las cruzadas, crisis de histeria colectiva, las posesiones demoníacas y la brujería.
Un hecho significativo es que en la Edad Media el hombre fue conceptualmente escindido en dos campos distintos e irreductibles: el de las operaciones del espíritu y el de las operaciones del cuerpo.
El estudio de la mente quedó en el campo de los intereses del clérigo y del filósofo especulativo y el médico se limitó al estudio de las operaciones corporales.
• CONSECUENCIAS
Las consecuencias de esta separación fueron en detrimento en el desarrollo de ambas: Por una parte la psicología desligada del resto de las ciencias naturales, no participo del desarrollo de ellas y el esfuerzo de sus estudiosos se desvió hacia las especulaciones metafísicas.
Por otra parte el médico, dedicado al estudio del cuerpo, de un organismo truncado de aquello que le da unidad, la mente, bien pronto echo al olvido las concepciones desarrolladas en la antigua Grecia.
• SIGMUND FREUD:
Posteriormente a fines del siglo XIX surgió Freud, quien basado en su formación de médico neurólogo, así como con gran influencia de las culturas orientales, resaltó el hecho de que la medicina occidental estaba bajo el influjo de las ciencias naturales, señaló que todos los progresos de la época se referían más a lo corporal y que los médicos se despreocuparon de lo anímico, señalando que la relación entre el cuerpo y la mente es de acción recíproca.
Para Freíd “Tratamiento psíquico”: “Tratamiento desde el alma”– ya sea de perturbaciones anímicas o corporales-con recursos que de manera primaria e inmediata influyen sobre lo anímico del hombre, o sea que lo corporal y lo mental tienen una acción recíproca.
La palabra griega “psique” en alemán se traduce como “seele”(alma).
El recurso al que se refirió, es a la palabra, y las palabras son el efecto, el instrumento esencial del “tratamiento psíquico” que creo: el psicoanálisis
IV. EL SIGLO XVII: REACCIÓN AL DUALISMO ENTRE MENTE Y CUERPO.-
La historia de la reflexión filosófica sobre la relación entre el cuerpo y la mente a partir de Descartes es la historia de los innumerables intentos por escapar del punto muerto cartesiano. A pesar de que estas teorías de las relaciones mente/cerebro -epifenomenalismo, interaccionismo, monismo de aspecto dual [dual-aspect monism] y teoría de la materia mental- fueron formuladas en el contexto de la ciencia, estaban también orientadas a soslayar el punto muerto cartesiano. Dios era la única causa verdadera. No solo no hay influencia de la mente sobre el cuerpo o del cuerpo sobre la mente, sino que no hay causalidad operativa alguna excepto cuando Dios, la única causa verdadera, interviene para producir las regularidades que ocurren en la experiencia. Nacido en Amsterdam, Spinoza pasó su vida como pulidor de lentes. Las teorías del aspecto dual están basadas en la noción de que lo mental y lo físico son símplemente diferentes aspectos de una única y la misma sustancia. Para Spinoza, la única sustancia era Dios. Esta sustancia, Dios, es la esencia universal o naturaleza de todo lo que existe.
Otra alternativa al interaccionismo cartesiano es el del paralelismo psicofísico. Esta perspectiva mantiene tanto el dualismo entre la mente y el cuerpo como la noción de una correlación regular entre los fenómenos físicos y mentales, pero esquiva cualquier asunción de una conexión causal mente/cuerpo, directa o indirecta.
Un paralelismo de esta forma es usualmente atribuido a Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716). Lo que permanece es el paralelismo -la noción de que la mente y el cuerpo existen en una armonía que ha sido preestablecida por Dios desde el momento de la creación.
V. EL SIGLO XVIII: MENTE, MATERIA Y MONISMO.-
Para evitar por completo este problema, es necesario negar cualquier distinción entre la mente y el cuerpo. Para Berkeley, para que algo exista debe ser percibido o ser la actividad de la mente durante la percepción. Desde esta perspectiva, no hay distinción mente/cuerpo porque lo que pensamos como cuerpo es simplemente la percepción de la mente.
De una forma menos extremada, el materialismo considera los fenómenos mentales como causalmente dependientes de los fenómenos corporales, pero no niega su existencia.
La Mettrie nació en Bretaña, en la ciudad de Saint-Malo. Allí, en 1748, publicó L'homme machine, una prolongación del concepto de autómata de Descartes de los animales al hombre. Con L'homme machine, La Mettrie logró poner a prueba incluso la paciencia del liberal clero holandés.
Por varios motivos, L'homme machine fue una obra demoledora. Como Vartanian (1967) señala, en La Mettrie "la visión naturalista del hombre... Pierre Jean Georges Cabanis (1757-1808) es uno de los que están más en deuda con las ideas de La Mettrie.

VI. EL SIGLO XIX: MENTE Y CEREBRO.-
Según avanzaba el siglo XIX, el problema de la relación entre la mente y el cerebro fue cada vez más apremiante. producen algunas veces alteraciones radicales en el estado del cuerpo.

En 1870, el filósofo inglés Shadworth Holloway Hodgson (1832-1912) publicó una obra en dos volúmenes titulada The Theory of Practice. Los estados mentales están presentes solo como "epifenómenos", incapaces de afectar de igual modo el sistema nervioso.
En el mismo año, apareció otra obra, Principles of Mental Physiology de William Benjamin Carpenter (1813-1885), que adoptaba una posición diametralmente opuesta al epifenomenalismo de Hodgson y Huxley sobre la relación mente/cuerpo. Principles of Mental Physiology contenía el interaccionismo más exhaustivo producido en el siglo XIX:
"Nada puede ser más cierto, escribió Carpenter, que la forma primordial de la actividad mental -la conciencia de las sensaciones- se despierta a través de instrumentos fisiológicos. La luz excita la fuerza nerviosa y la transmisión de esta fuerza nerviosa excita la actividad de esta parte del cerebro que es el instrumento de la conciencia visual. Dos de los monismos mas influyentes de este periodo, ambos teorías del aspecto, fueron el monismo de aspecto dual [dual-aspect monism] y la teoría de la materia mental [mind-stuff theory].
El monismo de aspecto dual fue producto del cerebro de George Henry Lewes (1817- 1878).
En The Physical Basis of Mind, que era el tercer volumen de Problems of Life and Mind, Lewes expuso la moderna formulación de la clásica teoría del aspecto dual, dual-aspect monism. Al presentar su teoría, Lewes llegó más allá que las teorías de sus predecesores, complementando la noción de aspecto dual con un punto de vista que ha llegado a ser llamado monismo neutral. Los procesos mentales y físicos, en otras palabras, son simplemente aspectos diferentes de una única y la misma serie de fenómenos psicofísicos. Los términos mentales, en otras palabras, no podían ser reemplazados por términos físicos.
La teoría de la materia mental, que es lógicamente similar al monismo de aspecto dual de Lewes, implica un cierto número de ideas relacionadas. La segunda es que incluso los elementos materiales más básicos poseen un pequeño trozo de materia mental tal que cuando esos elementos están combinados, la materia mental está combinada de modo semejante. Y, por último, en oposición al monismo de aspecto dual de Lewes, que concibe tanto la mente y la materia como los dos aspectos de una sustancia neutral, la teoría de la materia mental toma una posición de monismo físico, argumentando que el mundo material es nada más que un aspecto bajo el cual la mente es aprehendida.

VII. EN LA SOCIEDAD MODERNA-POSTMODERNA.-

Existen dos afectos negativos comunes:
Estrés / ansiedad (sobre carga / amenaza peligro). La percepción de que las cosas son muy difíciles de lograr.
Depresión /enojo. Frecuentemente perdemos cosas y en forma que muchas veces creemos es injusta, muchas veces siendo víctimas de un atropello y con humillación.
VIII. MENTE, CEREBRO Y ADAPTACIÓN: LA LOCALIZACIÓN DE LAS FUNCIONES CEREBRALES.-
Sobre estos supuestos, la correlación observada entre una capacidad particular bien desarrollada y un área particularmente prominente del cráneo puede ser interpretada como evidencia de la localización cerebral de esa capacidad en la parte correlativa del cerebro.
En Recherches expérimentales, Flourens aportó la primera demostración experimental de la localización de funciones en el cerebro. Si permanecían los tejidos adecuados, la función podía ser restaurada, pero la ablación total conducía a una pérdida permanente de la función. La ablación por sucesivos cortes no era un método satisfactorio para el descubrimiento de la localización cerebral. Desde su punto de vista, el cerebro era el órgano de una mente unitaria, y, por implicación, no podía ser funcionalmente diferenciado. The Theories of Their Relation (1873). (Bain, 1868, p. 59). Cualquiera que fuera la función del cerebro, estaba claro para Bain que no podía ser sensoriomotora. The Principles of Psychology de Herbert Spencer (1820-1903) ofreció a los estudiosos del cerebro un asociacionismo evolucionista y un concepto afín de la localización cerebral que dio ímpetu y dirección a la obra de John Hughlings Jackson y a través de Jackson a la de David Ferrier.
Los principios clave de Spencer son: adaptación, continuidad y desarrollo.
Las implicaciones de estas concepciones evolucionistas para la hipótesis de la localización cortical de las funciones es clara. El cerebro es el sistema físico más altamente desarrollado que conocemos y el córtex es el nivel más desarrollado del cerebro. "La localización de funciones es la ley de cualquier organización... Todas las funciones y facultades pueden ser explicadas en estos términos (p. 199). Algunos piensan que el cerebro puede ser comparado a un instrumentista, y los centros motores al instrumento -una parte para las ideas y otra para los movimientos. Estimulado por Bain, viajó a Heidelberg en 1864 para estudiar psicología. Influenciado como Jackson por Bain y Spencer, Ferrier partió de la prueba de la idea de Jackson de que las funciones sensoriomotoras pueden ser representadas de un modo organizado en el córtex y prolongó la localización experimental del córtex motor en el perro efectuada por Fritsch y Hitzig.
En Recherches expérimentales, Flourens aportó la primera demostración experimental de la localización de funciones en el cerebro. La ablación por sucesivos cortes no era un método satisfactorio para el descubrimiento de la localización cerebral. Desde su punto de vista, el cerebro era el órgano de una mente unitaria, y, por implicación, no podía ser funcionalmente diferenciado. Mind and Body. The Theories of Their Relation (1873). (Bain, 1868, p. 59). Cualquiera que fuera la función del cerebro, estaba claro para Bain que no podía ser sensoriomotora. The Principles of Psychology de Herbert Spencer (1820-1903) ofreció a los estudiosos del cerebro un asociacionismo evolucionista y un concepto afín de la localización cerebral que dio ímpetu y dirección a la obra de John Hughlings Jackson y a través de Jackson a la de David Ferrier.
Los principios clave de Spencer son: adaptación, continuidad y desarrollo.
Las implicaciones de estas concepciones evolucionistas para la hipótesis de la localización cortical de las funciones es clara. "La localización de funciones es la ley de cualquier organización... Todas las funciones y facultades pueden ser explicadas en estos términos (p. 199). Influenciado como Jackson por Bain y Spencer, Ferrier partió de la prueba de la idea de Jackson de que las funciones sensoriomotoras pueden ser representadas de un modo organizado en el córtex y prolongó la localización experimental del córtex motor en el perro efectuada por Fritsch y Hitzig.
IX. MENTE, CEREBRO Y PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL DE LA CONCIENCIA.-
El comienzo formal de la psicología experimental lo encontramos en la obra de Gustav Theodor Fechner (1801-1887) que encontramos . Antes de Fechner, como dice Boring (1950), había solo fisiología psicológica y psicología filosófica.
Fechner nació en Gross-Sächen, Prusia. Los intereses psicológicos de Fechner comenzaron a manifestarse hacia finales de 1830 en artículos sobre la percepción de los colores complementarios y subjetivos.
Durante este periodo, Wundt parece haberse beneficiado poco de su contacto con Helmholtz. Cuando el joven Wundt estaba ocupado en reflexionar sobre los prerrequisitos de una psicología experimental, Helmholz, su inmediato superior, director del Instituto, estaba ya ocupado en realizar un programa semejante. Entre 1865 y 1868, otro gran fisiólogo, Franciscus Cornelis Donders (1818-1889) asimiló el procedimiento del tiempo de reacción a la psicología, empleandolo para estudiar el tiempo ocupado por las operaciones mentales. Concluyendo que el tiempo de reacción era aditivo, Donders evaluó separadamente el tiempo para responder a los estímulos bajo condiciones de elección y de simple no elección. Bajo la bandera de la psicología fisiológica, revisó la literatura reciente sobre la percepción del espacio visual y la medida del tiempo que tomaban las operaciones mentales.
La psicología experimental nació con Fechner, se crió con Helmholtz y Donders y echó a andar con Wundt. Hasta su jubilación en 1917, Wundt hizo el papel de padre de facto de la "nueva" psicología.
X. EL CUERPO.-
El cuerpo es el primer instrumento del hombre, el más natural, al cual el propio individuo, ha prestado poca atención a sus códigos y claves; a menudo ha ignorado los efectos que de éste recibe hasta que comienzan a manifestarse algunas reacciones físicas (agotamiento, dolor, envejecimiento, etc.) o mentales (ansiedades, angustia, sentimientos
De hecho, muchas de las enfermedades del cuerpo son enfermedades “psicosomáticas o funcionales” es decir que la enfermedad física va acompañada de alguna alteración a nivel psíquico o emocional.
Boltanski, ha hecho una serie de observaciones sobre los enfermos psicosomáticos, ubicando que los índices más altos se encuentran principalmente entre ejecutivos, directivos y miembros de profesiones intelectuales y de clase media (aunque esto está cambiando en la sociedad moderna y postmoderna, ya que con el impacto de los medios masivos de información, también otros grupos ahora presentan estos procesos), en tanto que obreros y campesinos reportan haber sido atacados por enfermedades más graves(cáncer en la mayoría de los casos).
Uno de los aspectos más perturbadores de los problemas del cuerpo es que muchas veces éstos se inician a temprana edad, lo que significa que interfieren en el desarrollo y en la educación, manifestándose mediante trastornos de conducta, como rompimiento de normas, mentiras, engaños y peleas; hiperactividad con poca capacidad de atención e impulsividad; como trastornos emocionales con síntomas de ansiedad y depresión.
XI. MENTE-CUERPO.-
Desde el campo de la psicología, se han ofrecido soluciones al problema de las relaciones del espíritu y la materia.
Una de estas soluciones es la paralelista, la cual postula que los procesos mentales y los somáticos son procesos de naturaleza distinta que cursan paralelamente sin que entre ellos existan relaciones causales.
Otra solución, la interaccionista, sostiene que los procesos psíquicos y los somáticos son de naturaleza distinta, pero se influyen mutuamente.
Otra más es la organística, considera a la psique y el soma son simplemente aspectos de una misma totalidad inseparable.
Algunos han perdido de vista el extraordinario poder de la mente (procesos de pensamiento, sentimiento y comportamiento) sobre el cuerpo.
El reconocimiento de los efectos (positivos o negativos) que el estado anímico-emocional provoca en pacientes cancerosos, enfisematosos o infectados por el virus del SIDA, confirmados clínica e incluso experimentalmente, ha evidenciado que la relación mente-cuerpo es en realidad la unidad mente-cuerpo, y que no pueden entenderse separadamente.
XII. CONCLUSIONES.-
En la actualidad, hay personas que en su lucha por la sobre vivencia, enfocan todas sus energías en la obtención de logros materiales, económicos y de reconocimiento, los cuales les permiten “ser” o “sentirse seguros” pero son los principales mecanismos de negación del cuerpo.
Esto tiene efectos negativos y en ocasiones devastadores que pueden ir desde la sensación de “vacío”, “insatisfacción personal”, hasta la “devaluación” y “baja autoestima”. Ya que ante los requerimientos externos se atormenta y hace que valore sus actos y no sus cualidades de ser humano, como lo indica Ellisen los fundamentos de su libro “Terapia racional emotiva”, los individuos sufren por no responder a los requerimientos del “deber ser” y “tener que”.
Por otra parte, se vive un momento socio-histórico, donde existe gran incertidumbre y falta de información, lo que genera confusión por lo cual la opción será buscar que disminuya la incertidumbre a través de obtener una mayor información. Mientras mayor sea el conocimiento que se tiene de su propio cuerpo y todo lo referente a él, se podrá obtener lo que Platón hace ya tantos años había observado, que el equilibrio entre el cuerpo y el alma es el elemento importante en la salud.

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